Estudios internacionales demuestran que el riesgo de suicidio es alto debido a los elevados índices de acosos a jóvenes por su orientación sexual
[02/09/11] Este sábado 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una problemática que se da con especial crudeza entre jóvenes y adolescentes lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. Para la FELGTB la mejor manera de prevenir el suicidio es que las administraciones educativas implementen políticas de inclusión y así superar los elevados índices de acoso a jóvenes por su orientación sexual o identidad de género.
Diversos estudios llevados a cabo en Francia, EEUU y Gran Bretaña, por citar algunos, muestran que lesbianas, gais, transexuales y bisexuales son entre 3 y 10 veces más propensos a intentar quitarse la vida en su juventud que las personas heterosexuales, a causa de la presión social.
En España, el suicidio es la segunda causa de muerte de jóvenes entre 15 y 24 años. No es difícil suponer que un gran porcentaje de estos sean LGTB, pues entre éstos el 49% reconoce haber sufrido algún tipo de violencia física y/o psicológica en el contexto escolar, e incluso el 21% en el interior de su familia.
Ana Bueno, coordinadora del Área Joven de la FELGTB, ha destacado que “sabemos, por las investigaciones, que hablar con normalidad de la diversidad afectivo-sexual disminuye la discriminación. Si el sistema educativo cumpliera con el mandato de la LOE de trabajar este tema, se evitaría mucho sufrimiento y hasta se salvarían vidas”.
“La situación de vulnerabilidad que vive nuestra juventud genera muchos problemas de salud, depresiones, dependencias, que además llevan a prácticas sexuales de riesgo, o a situación de exclusión insostenibles. La educación podría llevar a mejorar la salud de las personas LGTB, prevenir el VIH/sida y el suicidio”, ha señalado Rubén Sancho, coordinador de Salud.
Ante la pasividad de las administraciones, la FELGTB ha decidido tomar cartas en el asunto y ha iniciado un estudio sobre el riesgo de suicidio entre jóvenes LGTB, con la intención de poner sobre la mesa un problema gravísimo y completamente silenciado.
“Se trata de una realidad sepultada por una ley de silencio que obliga a ocultar el drama de adolescentes y jóvenes LGTB que experimentan, sin salida demasiadas veces, una espiral de acoso, sufrimiento y desesperanza. Por eso, es absolutamente imprescindible estudiar este problema para poder poner las medidas necesarias para paliarlo. La sociedad debe acompañar a estos jóvenes en su proceso de aceptación”, dice Jesús Generelo, coordinador del Área de Educación.