Demisexualidad, un modelo que escapa del amor a primera vista.
La sexualidad de cada persona es única, y la demisexualidad es un concepto que recoge una más de las muchas formas que existen de vivir nuestra sexualidad.
La demisexualidad consiste en la atracción sexual por personas con las que se tiene una gran conexión emocional.
No es fácil vivir libremente tu sexualidad en un mundo cuya publicidad y contenidos de entretenimiento ponen permanentemente en valor sólo la atracción física, mostrando desconocidos que de repente se convierten en objeto de deseo, con un modelo que juzga a las personas por el físico, sin importar lo vacío que se llegue a estar por dentro.
La importancia de la conexión emocional para las personas demisexuales
Una sociedad basada en la importancia de la atracción física puede hacer que las personas demisexuales lleguen a pensar que no les atrae nadie, o que son incapaces de enamorarse. Pero lo cierto es que sí que pueden sentir atracción, interés erótico y amor, aunque de forma más selectiva que otras personas y desarrollando estos sentimientos más calmadamente.
Para muchas personas llegar a tener atracción erótica hacia alguien debe estar ligada a sus vínculos emocionales, quizás no en la misma medida que las personas que se consideran demisexuales, pero si de una manera bastante intensa. Cuando el atractivo de un físico coincide con sus gustos no llega a tener ninguna importancia si esa o esas personas no tienen cierta conexión afectiva y emocional.
Puede tardarse más en sentir atracción por alguien, pues previamente se debe crear un vínculo emocional, como por ejemplo de amistad durante un tiempo. Y al igual que aparece la atracción, ésta puede desaparecer cuando dicha conexión emocional se pierde.
La atracción sexual
Se habla de dos tipos de atracción sexual: la primaria se basa en las cualidades exteriores: el físico, el rostro, la forma de vestirse y peinarse… la seguridad de la personalidad básica. La segunda, se basa en cualidades, no solo interiores, sino además fruto de una relación previa, una relación estable y duradera, una conexión emocional intensa, una admiración mutua de ideas y actitudes.
Entonces para la mayoría de personas, que no se consideran demisexuales, sin un interés físico, es decir, la primera etapa, no se cultivará la relación de pareja donde tiene cabida la parte emocional, segunda etapa. Para las personas que se consideran demisexuales esto ocurre al revés: para llegar a la primera etapa, la atracción sexual, deben alcanzar esa conexión emocional previamente.
La sexualidad humana es única en cada individuo, y la elección de enamorarse no es voluntaria, ni tampoco la forma de hacerlo.
Cuando hablamos de tener una conexión emocional, no quiere decir que todas las personas demisexuales tengan que tener el mismo vínculo emocional, sino que cada una la construye dependiendo de sus experiencias personales. Para que aparezca este vínculo debe existir cierta intimidad emocional. Sin embargo, que exista esta conexión no garantiza que surja una atracción sexual, las personas demisexuales no se sienten atraídas por todas las personas con las que tienen un gran vínculo emocional ni mucho menos, si no que para llegar a sentir atracción erótica por una persona necesitan antes cubrir esta parte afectiva, lo que tampoco quiere decir tampoco que por existir conexión emocional y atracción sexual se lleguen a enamorar.
El tiempo requerido para que aparezca esta intimidad emocional depende de la persona. Quizás una semana o quizás varios años, teniendo una relación de amistad con otro individuo.
Diferencia entre asexualidad y demisexualidad
Se suele hablar de la demisexualidad como una especie de “asexualidad” temporal, pero lo cierto es que no es lo mismo.
La diferencia con las personas que se consideran asexuales es que estas sí que sienten atracción erótica por otras personas pero no mantienen relaciones eróticas por cuestiones morales o malas experiencias que han hecho que su deseo erótico sea casi inexistente. “Sentirse atraído sexualmente por alguien no significa querer tener relaciones sexuales con esa persona.”
Sin embargo, en el caso de «los demisexuales» no sienten esta atracción sexual al principio y por esta razón deciden no mantener relaciones eróticas.
¿Por qué la necesidad de etiquetarnos?
Desde mi punto de vista, el etiquetado puede tener un aspecto negativo. Parece como si tuviésemos que justificarnos constantemente por lo que somos o cómo nos sentimos. Pienso que cada persona es única y debe disfrutar de su sexualidad como le apetezca, sin necesidad de tener la aprobación de los demás.
Pero lo cierto es que esta designación supone para una mayoría de personas formar un sentido de comunidad y un sentimiento de unión que les hace sentir más seguros de su identidad.
“Saber que hay otras personas que se sienten como tu ayuda a sentirse menos solo.”